Texto leído en el marco de Experimentos en México D.F. el 31 de julio de 2010

Experimentos fueron 4 sesiones de muestra de trabajos en proceso y propuestas arriesgadas organizadas por Abigail Jara en el Centro de Investigación Coreográfica.

Cada mañana me encuentro con una tarjetita que anuncia el show de chicas strippers en la ventana de mi carro. Las he ido juntando, y ahora que las vuelvo a ver me doy cuenta que todas las chicas que aquí me ofrecen son rubias y chichonas.

Como yo.

[me desabotono la chamarra y debajo tengo un negligé de encaje rojo]

Solo que ellas tienen el pelo más largo.

A veces pienso que tendría que haber elegido otro trabajo…

Puede que este texto suene a justificación. Porque lo es. De alguna manera vengo aquí a leerles el proceso de un experimento fallido. Y de ninguna manera quisiera que pensaran que estoy menospreciando este espacio. Todo lo contrario, no quise desaprovechar esta participación porque tal vez el compartir esto con ustedes me permita asumirlo como parte de mi práctica artística y no como el precipicio que anuncia el final. Al intentar preparar algo para mostrarles aquí esta tarde, me encontré con un par de muros, una fosa, tres tormentas monstruosas, un acantilado y una piedrita.

Estoy intentando tomar una posición.

Y es que me gusta la danza así como la anti-danza. Tengo admiración por el artista abstracto, el emocional, el político, el documental. Me guste o no, respeto el trabajo de todo aquel que lo haga con convicción, y en este preciso momento no me siento con la convicción de hacer ningún tipo de danza. Es más, mi convicción me dice que no haga nada.

El único baile que me siento capaz de realizar ahora es el de la fiesta.

Somos gente de acción y eso nos condiciona a estar en el actuar. Estamos inmersos en un sistema en el que no hacer va de la mano con la idea de güeva o mediocridad. Si tan solo valoráramos un poco más la güeva y la mediocridad…

Estoy intentando tomar una posición.

En este momento la confusión me posiciona en un no-lugar. No sé en donde estoy parada, ni en donde quisiera estarlo. Paso de querer ser una coreógrafa documental a ser una coreógrafa defensora de la abstracción como ese espacio de libertad estética que incita a una reflexión menos literal. (El espacio de la abstracción es para mí el espacio en que el hacedor y el espectador se encuentran en el mismo nivel creativo; a ambos se les exige tanta sutileza, tanta inventividad, tanta sensibilidad.)

No les estaría diciendo nada nuevo si les cuento que en cada uno de los estados de este país se mueren decenas de personas por la pendejéz humana; y otros cientos de miles en otros estados de otros países por otros tantos tipos de pendejéz humana …

y yo me siento a pensar que carajos plantear en la escena coreográfica.

Y yo me paro a bailar para intentar plantear algo en la escena coreográfica.

Y me doy cuenta que estoy bloqueada, y que nada de lo que intento plantear me parece relevante.

Yvonne Rainer dice La mente es un músculo.

Steve Paxton dice Originalidad vs. Imitación del movimiento de otro a través de la técnica. Más precisamente dice así: [suena un audio en el que se escucha a Steve Paxton hablar] ” we used to…”

Y resulta que yo soy víctima de ambas visiones.

Todos ellos dicen danza es acción

Y todos parecen tener mucha razón.

En todo caso todos hablan de un conocimiento profundo del cuerpo, de la búsqueda de un dominio del cuerpo. Pocos hablan del descontrol. Yo quisiera dominar el descontrol, o des-dominar por completo al cuerpo. Al menos encontrar más estrategias que me permitan salirme de esa limitada corporalidad que es la de mi consciencia. Por lo pronto aun soy demasiado racional, pero estoy trabajando en ello.

He decidido contarles algunas ideas que tengo para proyectos futuros.

Tal vez mi intervención del día de hoy apele más a la imaginación que a la atención del espectador, ustedes. Pueden imaginarse estas obras como quieran, pues aun no existen y probablemente si algún día las desarrollo, serán muy distintas a las versiones que ustedes mismos ya habrán creado.

- Black Dance es la desarticulación de un trío de coristas mulatas que se mueve al son de Tina Turner. O de Marvin Gaye. O de Prince… Cantan apoyando la melodía de la estrella. Sus pasos y sus voces son muchas veces mucho más intensos y graciosos que los del protagonista de la escena. Pero de ellas no sabemos nombres. Son negras hermosas. Para un mexicano podrían ser antillanas, africanas, cubanas, afroamericanas… nadie se interesa en notar la diferencia de una negra continental, una negra isleña, una negra más negra, una negra menos negra. Nos resultan todas negritas.

Así como los coreanos nos resultan chinos.

Así como para muchos yo soy gringa.

 -  El Gráfico. Serie de imágenes escénicas que ilustran las portadas del periódico “El Gráfico”. Las necesidades técnicas son numerosas: mucho maquillaje, sangre, video proyector, armas, carros chocados.

Interludio

[suena una música contemporánea bastante abstracta]

-… Acabamos de escuchar Diminished Shower, pieza para piano preparado y harpa  del compositor Michiyo Yagi…

El único baile que me siento capaz de realizar ahora es el de la fiesta.

[suena la canción Another day in the life of Mr. Jones de The Bamboos, la bailo desenfrenadamente hasta el final]


NLZ